domingo, 31 de julio de 2022

Exilio interior y piedad en María Zambrano. Mercedes Merino.






En su cuento "El vuelo de las gaviotas", Mercedes Merino crea un paseo y una playa por donde las dos hermanas Zambrano -Araceli y María- encadenan sus respectivos itinerarios en una huida interminable de la Guerra Civil española:

 

Y en París estaba su madre, su hermana y el hombre a quien su hermana estaba unida amenazado en grado extremo. París, Europa, la madre. No había ya remedio”. 


Así surgió María Zambrano de la mano de Mercedes, “como una luz a seguir, en este denso bosque enmarañado”, respondiendo amablemente a nuestra propuesta sobre “este momento de pandemia y el futuro”, con un texto reflexivo, y su cuento. Aún no había sido invadida Ucrania ni sucedido tantas cosas.  

 

En esa playa imaginada, Araceli le dice a María: “Consigues aunar pensamiento y poesía, propones la razón poética, vivimos tiempos de existencialismo, de razón vital e historicismo”. 



 

Las gaviotas que sobrevuelan esa playa dibujan en sus cielos los títulos de las obras de María Zambrano. 

 

Crisis, lo que entendemos por crisis, siempre se han dado en la sociedad; ya sea en un país o en varios países (…) Tantas crisis que parece que haya llegado esta forma de vida en estado crítico para quedarse”, apunta Mercedes. 

 

Mercedes busca a la filósofa en un camino que alumbre, “algo así como conseguir un estado de gracia, a la manera weiliana, donde la vida ya no se puede vivir de otra forma desde ese despertar de la conciencia y el corazón, Simone Weil fue tan coherente que lo vivió hasta las últimas consecuencias y se dejó llevar”. 

 

María Zambrano “supo bien lo que son estos momentos adversos por los tiempos en los que le tocó vivir”: 

 

Nuestros padres nos enseñaron a tratar a los demás mejor de lo que se merecían, como dijo Shakespeare en Hamlet”. 

 

Aquellas reuniones en la habitación de la Residencia de Estudiantes con un grupo de jóvenes que pensábamos aportar lo mejor de cada uno de nosotros a este país, de llegar al lugar más recóndito y alejado tanto por la distancia o el pensamiento, a cada pueblo y ciudad de España para extender la educación y la cultura a todos sus rincones, llegar a los niños y niñas, a los adultos que no sabían leer. ¡Qué gran proyecto comenzó su andadura!” 

 

Culturalmente inmersa en la llamada “Edad de Plata”, tomó el camino del exilio: “de lo ocurrido en Europa, las hermanas Zambrano pueden dar buena cuenta de guerras, y vuelta a empezar en su vida personal y social”.  

 

Es difícil dejar de recordar el relato de la propia María Zambrano que, a punto de cruzar la frontera con Francia en coche, se bajó del vehículo cuando descubrió entre la gente a Antonio Machado, que iba a pie, y se juntó con él. Así atravesaron la frontera. 

 

Comprendí, a la manera unamuniana, que hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento”, escribe Mercedes en “El vuelo de las gaviotas”. 

 

Gracias a su bagaje filosófico y místico se encamina hacia un encuentro universal desde lo personal al que ella vislumbra y le da el nombre de piedad, retomando el concepto cristiano pero desacralizado y poniéndolo al alcance de cualquiera que se atreva a emprender el viaje”.  




Influenciada por San Juan de la Cruz, Miguel de Molinos y la mística sufí, da “un paso más en la búsqueda de un método”.  

 

Porque se llega al camino, y del camino a la piedad: “no sabemos vivir mejor”. No queda otra que encontrar nuestro camino; siguiendo a Mercedes: “una guía, un método, que nos ayude a conseguir un proyecto, algún fin. Un estado en el que nos sintamos en plenitud y armonía con nosotras mismas (...) con todos”. 

 

Y concluye: “necesitamos salir de la inmanencia y trascender. Necesitamos acercarnos a la trascendencia, sea como sea”. 


Hemos pasado a la memoria, al recuerdo”, dice María a su hermana en el cuento de Mercedes Merino, acertadamente. 


 

Placa en homenaje a María Zambrano en la calle Antonio Maura nº 14 de Madrid


 

Mercedes Merino es poeta y escritora, Licenciada en Historia (Formación Avanzada de Filosofía). “La necesidad y los sueños” es su último poemario. 

 

 

Algunas recomendaciones: 


"María Zambrano: el nacimiento de la razón poética". Por Javier Correa Román (Filosofía&Co)


"Breve Antología. María Zambrano". Centro Andaluz de las Letras

Centro Virtual Cervantes

Fotografías: Mercedes Merino.





"Convivir es compartir el pan y la esperanza" María Zambrano
(citado por Violeta Assiego @Vissibles en su perfil de Twitter)

 


viernes, 26 de marzo de 2021

Ella dice, nosotras decimos: Coral Herrera. Sin tiempo para el amor.

 

Merece la pena repescar textos como éste, en el que se va un poco -o un mucho- más allá del monótono traqueteo pseudomental diario.

Escogemos hoy un artículo de Coral Herrera al que le teníamos ganas.


* * * * * *


¿Cuántas horas le dedicas al amor? No a imaginarlo, soñarlo o consumirlo en forma de película o novela, sino a vivirlo.

Vivimos en una sociedad muy amorosa: por la radio suenan canciones de amor desgarrado, en el cine todas las películas tienen alguna historia de amor de fondo o en primer plano, las estrellas salen del armario en el telediario y nos presentan a sus parejas, en las revistas circulan chismes y cotilleos sobre famosas que se enamoran o se separan, las redes sociales están llenas de gente buscando al amor de su vida, en Facebook nos enteramos de las bodas de nuestra gente, en la televisión triunfan los dramas sentimentales, en la publicidad nos regalan paraísos románticos para vendernos casas, coches, muebles o desodorantes.

                                 Fotografía de Juan Arredondo / Getty Images
                         

Sí, nuestras obligaciones diarias son extenuantes, y al final del día nos derrumbamos en el sofá para leer, ver tele o navegar por las redes y olvidarnos un poco de nuestras preocupaciones.

Sí, el amor nos hace diosas del tiempo: bajo el influjo de la pasión somos capaces de saborear cada segundo de amor, atrapar el presente con nuestras manos, vivir el ahora con una intensidad brutal.

Vivimos en un sistema productivo que nos encadena durante 40 horas semanales a un trabajo que nos da un salario generalmente precario (...)

A las empresas no solo les damos mucho tiempo de nuestras vidas, sino también nuestras energías físicas, mentales y emocionales. ¿Cuántas de vosotras habéis tenido que arrastraros dolorosamente fuera de la cama para ir al trabajo sintiendo que os dejáis un poco de vida en el lecho del amor?, ¿cuánta gente ha faltado alguna vez al trabajo por estar enamorada o enamorado?



(…) Al capitalismo le da igual que estés borracha de amor, feliz, eufórica, exultante, cachonda, preocupada, angustiada, desesperada, triste, ansiosa, enojada. Al capitalismo no le importa que tu compañera esté hospitalizada y tú quieras estar cuidando y acompañándola. No le importa si vas a tener una conversación decisiva con tu pareja, si estas de duelo por una ruptura sentimental, si quieres acompañar a una amiga o amigo en momentos difíciles. 

No le importa, y tú tienes que ir a trabajar, aunque tu abuela se esté muriendo. No le importa si has dormido esa noche por la gripe de tu hija o si te has pasado la noche gozando lujuriosamente. Tú tienes que estar ahí, cumpliendo, aunque no seas productiva y no logres hacer nada ese día.

(...) La cadena de producción no puede parar por tus sentimientos, y al capitalismo le conviene que no seamos demasiado felices: nuestra insatisfacción permanente y nuestro dolor nos hacen más vulnerables (…) Prefieren que disfrutemos consumiendo, o dediquemos nuestro tiempo a trabajar: el amor es improductivo. Poco rentable.


(…) Muchas parejas se desenamoran porque apenas pasan tiempo juntas: tiempo de calidad, tiempo sin límites, tiempo para el erotismo y el amor (…) tampoco lo tenemos para disfrutar de nuestros hijos e hijas, de nuestra gente querida, de nuestros animales domésticos: pasamos la mayor parte del día fuera de casa, produciendo para enriquecer a otras personas que en realidad no necesitan tenernos tantas horas allí.

Los feminismos reclaman la conciliación de la vida laboral y familiar: las 8 horas de trabajo diarias son incompatibles con el cuidado de bebés, personas enfermas o ancianas. Y resulta que el 90% de las cuidadoras en el mundo son mujeres. Unas tienen que renunciar a la autonomía económica y al mercado laboral, y otras cargan con la doble jornada laboral (...)

En el caso de Suecia, creen que no es el tiempo lo que determina el nivel de eficacia laboral, sino la motivación y el bienestar de los y las trabajadoras. Han decidido implantar una jornada laboral de 6 horas sin reducción de salario, lo que al parecer aumenta el nivel de satisfacción de los suecos y las suecas con respecto a su trabajo; además, mejora la productividad, aumenta el ahorro estatal y permite crear más empleo (...)


"Mujer gritando". Fotografía de Albert Espinola.

El tiempo es oro: nuestras vidas son muy cortas y necesitamos un sistema productivo más acorde a nuestras necesidades vitales, individuales y colectivas. El capitalismo romántico nos regala muchos finales felices mientras nos roba horas de vida: necesitamos recuperar nuestro tiempo, y necesitamos energía para disfrutar de la vida”.


https://www.pikaramagazine.com/2014/09/sin-tiempo-para-el-amor-el-capitalismo-romantico/

Coral Herrera Gómez https://es.wikipedia.org/wiki/Coral_Herrera