miércoles, 20 de mayo de 2015

Ella dice, nosotras decimos: Ida Vitale




FORTUNA
Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.

Otros poemas de Ida Vitale:

lunes, 18 de mayo de 2015

Tertulias de Arte


Nos pasa una buena amiga una bonita propuesta para los y las artistas y amantes del Arte.

Su propósito es poner en contacto a personas con edades comprendidas entre 40 y 60 años, con formación artística, interesadas en:

- Crear redes colaborativas con otros participantes

- Mostrar realizaciones artísticas al público

- Fomentar la creación artística mediante el intercambio de ideas

- Información sobre cursos, becas, exposiciones, eventos

- Conectar profesionales de diferentes áreas de la creación artística, artes visuales, música, literatura.

Los encuentros tendrían lugar en Madrid, España. 

El interés es puramente creativo, el disfrutar en común de las distintas expresiones artísticas. No se busca una finalidad económica.

Podéis dirigiros a este correo electrónico:
pilar.garciasanz.03@gmail.com

jueves, 14 de mayo de 2015

Publicidad y otras hierbas. Mándanos tu foto (2)

"Hola, aquí envío una foto de un mural que me llamó mucho la atención.
Esa mujer que aparece es una especie de "flamenca reivindicativa pandillera", me pareció realmente original. La foto se hizo en la entrada del Cementerio de la Almudena [Madrid]. Por desgracia, el Ayuntamiento decidió quitar el mural y pintó encima, por lo que ahora la misma caseta tiene un aspecto anodino y mucho más gris."

Fotografía realizada y enviada por +Kirke Libris


Muchísimas gracias por tu aportación, Kirke... ¡esto se anima!


¿Has visto una foto en tu barrio, en una tienda, en el autobús, en la calle,... que te ha llamado la atención, te ha indignado, te ha fascinado, te ha hecho sonreir? ¿Y además sobre la mujer, sobre nosotras?
¡Pues envíanos la foto! ¡La publicaremos! 
Adjunta si quieres la fecha, el lugar donde la viste, o por qué ha captado tu atención:
lunavioletayplata@gmail.com

lunes, 11 de mayo de 2015

Fiona L.: Soy un pez.


El otro día me senté, a tomar café, en un breve espacio de libertad que me había auto concedido. Tenía tantas cosas que hacer, tantas decisiones difíciles sobre mi espalda, tantas responsabilidades para con los demás, que me dije: No vas a hacer nada. Ahora mismo te bajas a la cafetería, te sientas al sol y te burlas de la vida. Al menos durante el intervalo de un café con leche.
Tampoco era mucho pedir, tampoco me iban a conceder la medalla al valor por aquello, sólo era una pequeña rebeldía ante una vida que sentía que me estaba presionando demasiado. 



Me senté al sol. Café con leche, tarta de zanahoria y sacarina. Sin frenos y cuesta abajo, me sentía valiente. Aunque la operación “libérate”, en realidad, solo me entretuvo los diez minutos que tardé en beberme el café y comerme lo que le acompañaba. Porque ejecutadas estas estrategias de evasión, me quedé, cual pasmarote, mirando a la nada, entre un pesado aburrimiento y un sentimiento de culpa pesado. Tenía que aguantar. No podía perder tan pronto la misérrima batallita. Barajé varias opciones: el móvil que llevaba en el bolso, el periódico del bar, contar palomas...

 ¿Está libre la silla? -dos "chicas violeta y plata", como yo, que intentaban acomodarse en la mesa contigua.
      Sí, sí –les respondí.
Y me quedé mirando al cielo como si las nubes me importaran. Y de paso, lo confieso, atenta a su conversación por si ésta lograba mantenerme en mi rebeldía.

Hablaron del tiempo que hacía que no se veían, de los hijos de una y los viajes de la otra, de política y de lo mal que iba el mundo. 

-Una sociedad dormida, eso somos --hablaba la viajera sin hijos de apariencia independiente- Aunque lo peor es que la mayoría de las personas ni tan siquiera son conscientes de ello. Sonámbulos que dormidos se creen despiertos. Ya no existe literatura, sólo libritos de cuentos para adultos, ya no hay cine, sólo fuegos pirotécnicos que repiten una y otra vez los mismos clichés de siempre. La política es publicidad y la vida la hemos convertido en un simple objeto de consumo. La mayoría de la gente vive sin ser consciente de sí misma. Como un pez. Que nace, se reproduce y muere en las aguas que le han tocado en suerte, sin preguntarse más.


-Chica, tienes razón -dijo la amiga con hijos- Te metes en los problemas del día a día y vas como burro con orejeras. Detrás de la zanahoria y sin mirar más allá. Yo, desde luego, te aseguro que sí soy un pez, siempre he hecho lo que se suponía que me tocaba hacer en cada momento, buscar un trabajo, una pareja, tener hijos, una casa… Igual la gente como tú, que ha viajado y leído tanto, tenéis otra perspectiva pero yo, desde luego, siempre he ido a rebufo de lo que me ha dictado el momento.
-Yo también soy un pez, no te creas -respondió la viajera- Sólo que hay algunos que somos más complicados y nos pensamos. ¿Por qué nacemos? ¿por qué se mueven las aguas? ¿qué hay más allá del río? ¿por qué la corriente me obliga a ir en esa dirección? ¿es el único camino posible? Aunque la verdad, también te digo, que al final todo eso poco importa. Nos pensemos o no, todos somos peces.

Y llegados a este punto, me levanté y abandoné el sol. Yo era un pez con un montón de cosas por hacer y de la vida lo único que sabía era abrir y cerrar la boca. No para decir nada, sólo para tomar aire. De todos modos, pensé, aunque al universo le dé igual, yo también prefiero que existan peces raros. De esos que siempre se preguntan que habrá más allá de la pecera. Más que nada, por si algún día tenemos que dar un salto.

Saludos amigas, un abrazo y, ya sabéis, cuidado con la vida.
Fiona L.


© Textos bajo el epígrafe “Fiona L.” y epígrafe todos los derechos reservados.

viernes, 8 de mayo de 2015

Ella dice, nosotras decimos. Gioconda Belli.





Yo soy tu indómita gacela, 
el trueno que rompe la luz sobre tu pecho. 
Yo soy el viento desatado en la montaña 
y el fulgor concentrado del fuego del ocote. 
Yo caliento tus noches, 
encendiendo volcanes en mis manos, 
mojándote los ojos con el humo de mis cráteres. 
Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo, 
riendo la risa inmutable de los años. 
Yo soy el inexplorado camino, 
la claridad que rompe la tiniebla. 
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía 
y te recorro entero, 
sendero tras sendero, 
descalzando mi amor, 
desnudando mi miedo. 
Yo soy un nombre que canta y te enamora 
desde el otro lado de la luna, 
soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo. 
Yo soy algo que crece, 
algo que ríe y llora. 
Yo, 
la que te quiere.





De la página www.frasesdemujeres.com:

"Ya no mujer joven sino mujer rotunda. Mis deseos ya no son intuiciones sino certezas".

"Soy la mujer que piensa. Algún día mis ojos encenderán luciérnagas".


Fotografía: Gioconda Belli, en 2007.

domingo, 3 de mayo de 2015

Los seres sucesivos. "Transmutación". Por Francisca García Algarra.


"Yo es otro"
Rimbaud


Transmutación

Sucesivamente, los crisoles del devenir tiemblan. 
Cambiamos sin darnos cuenta, para no ser nunca más lo que fuimos e ir configurando aquello que seremos, aún sin serlo.
Cada célula y cada dendrita nos reconoce en su breve cadencia antes de morir, ocasionando bellas sinapsis de las que emergen nuevos mapas, “imposibles” hasta entonces.
       La vida, en proporciones moleculares o a la vista de nuestros ojos, no cesa en su movimiento.
Según Heráclito “el Oscuro”, cuyo principio natural de la vida era el arjé (el fuego, en cuanto cambio constante), nadie puede bañarse dos veces en el mismo río; sin embargo, el cauce representaría la forma estable que dirige la corriente del agua.

       Qué nos queda del ayer en el mañana.
Tal vez lo que nunca fuimos ni seremos, sólo aquel potente impulso ensimismado que nuestra mente se contaba en sus constantes diálogos internos.
       El pasado no existe salvo para contemplarlo y aprender a prever ilusorias distopías.

Cambiar supone esperanzarse, creer en el fluir de la vida y confiar en uno mismo.
Todo ello equivale a un proceso desmitificador  y antideterminista que pretende acabar con la esclavitud tirana de los ídolos introyectados a los que se cede el poder personal y nuestra capacidad cierta de autoapoyo.
Lo estático contiene la propiedad de ser rígido y el peligro de quebrarse, por tanto, en el ámbito del pensamiento, es una devastadora tendencia a mitificar indiscriminadamente, negadora del cambio.

       Lo opuesto a la fluyente transformación es alienarse, desposeerse del sí-mismo.

La interpretación que, a lo largo de la historia de la humanidad, se le ha otorgado al concepto de alienación, es interesada y a veces paradójica.
Durante la Edad Media, el cristianismo la definió como posesión diabólica. Es decir, estar “poseído” por algo sobrenatural, fuera de todo razonamiento e improbable, significaba en muchos casos la tortura hasta la muerte.
El poder de la Iglesia era tan demoledor y cínico que no admitía más posesión que la de su propia creencia, pero no la de otras magias sectaristas.
Por el contrario, llegada la época renacentista, estar alienado se interpretaba como privación y extrañamiento de uno mismo, así como la abolición de la libertad.

       En cualquier momento histórico, la extrema alienación del yo, en su desesperado deseo de no sufrir, asume creencias o mandatos externos a través del irresponsable mecanismo mitificador, que significa la muerte del pensamiento.

       Por consiguiente, la privación de la conciencia es, en definitiva, el radical opuesto al cambio.

Y a través de todo lo dicho antes, desaparece la voluntad, muriendo con ella la esperanza, en ese lugar íntimo y doliente donde claudica el poder personal.

       Para cambiar es necesario convertir al pensamiento en afluente de la propia existencia, e imprescindible asumir el riesgo de no ser otro ni ser más allá de lo que somos:
       Un principio de realidad mecido en una noche de estrellas.

©  Francisca García Algarra textos bajo el epígrafe “Los seres sucesivos” y epígrafe. Todos los derechos reservados.

Nos gustaría que participáseis 
en esta sección especulativa y crítica, 
debatiendo con la autora
vuestros puntos de vista.
¡Os esperamos!

viernes, 1 de mayo de 2015

Publicidad y otras hierbas. Mándanos tu foto (1)


"Estábamos de viaje por Asturias, y paramos en un pueblo muy bonito, a unos 20 kilómetros de Oviedo. Me gustó mucho, es un homenaje que el artista hace a sus abuelos."
Margarita C.M., Alcobendas.

¡Gracias, Margarita!




¿Has visto una foto en tu barrio, en una tienda, en el autobús, en la calle,... que te ha llamado la atención, te ha indignado, te ha fascinado, te ha hecho sonreir? ¿Y además sobre la mujer, sobre nosotras?

¡Pues envíanos la foto! ¡La publicaremos! 
Adjunta si quieres la fecha, el lugar donde la viste, o por qué ha captado tu atención:
lunavioletayplata@gmail.com