viernes, 30 de diciembre de 2016

Diario de una hipo-pótama (5). Navidades, tiroideas y máquinas de coser.


Navidades.
Fiestas. Familia.
Pues sí.
Familia.

No preguntéis: acabé durmiendo la Nochebuena con mi madre.
Como lo leéis. 

Son cosa de la intendencia de las fiestas, el mal menor: había que elegir entre montar un lío de camas y sofás para que cupiésemos todos, mover a mi padre de su cuarto, que casi se nos pierde para ir al baño que lo tiene enfrente… o sacrificarme yo, cual Helena de Troya.
Preferí Troya, claro. 

Omito detalles. Sólo diré que, cuando alcancé la cama, mi madre dormía como un afilador que duerme pero bien.
Con los cascos puestos. Con la radio a toda pastilla.
Hice malabarismos para no despertarla, que dice que duerme mal. Agarraba el aparatito de marras como si fuese la llave que abre el Banco de España. Al final, acerté (con máximo sigilo) a desconectar los cascos e incluso a dar con el off del bicho.

Y todo fue bien. Hasta las 6 de la mañana.
La gata decidió que ya era hora de confiar en mí e intimar, y colocó sus kilillos en mi espalda, que se ve que estaba calentita.
Mi madre no se movió, pero habló: 
-¿Estás despierta, hija?
-No.

Estrella de Navidad de Lola Derek



-He dormido fatal –me dijo tras oírme trastear con unas estupendas galletas María.
En nada, ya estaba en forma, repitiendo por enésima vez historias familiares. La dureza de la vida en el campo, la falta de medios. Marchar a Madrid, donde conoció a mi padre...

Pero en medio de los lugares comunes, más de 50 años después de mi nacimiento, conocí otro dato de la boda de mis padres: una máquina de coser.
Sí, la dote, unos miles de pesetas que hoy no alcanzaría para el fin de semana de muchos, se completó con una máquina de coser. Esa máquina de coser que he visto desde pequeña. Esa máquina que soy incapaz de poner en marcha sola, y más vale que me espabile, porque mi madre está más cerca de los 90 que de los 80.

Mi madre, mujer inteligentísima que debió haber estudiado.
Pregunté tímidamente si con el dinero de la máquina de coser (y la dote) no habría podido estudiar.
Tardó en responder. –Mi tío [y aquí siempre cita a un hombre que fue una institución en la familia] quería llevarme con él a Barcelona, pero…

Luego pasó cortar el queso, preparar la mesa, vigilar el horno, los niños… la Navidad.
-¿Lo tuyo no es cáncer, no? No me lo estarás ocultando…
De vez en cuando saca el tema, para asegurarse.

Y yo vueeelvo a decirle que no, aunque sé que me entendió perfectamente el primer día que le expliqué mi hipertiroidismo; a pesar de los 15 milicuries de Yodo 131; a pesar de que lo ha mirado todo-todo en su enciclopedia.

Aunque le diga que ¡por fin!, después de 15 meses, la TSH, la T3 y la T4 se han puesto de acuerdo y han firmado un pacto, sí: las tres, por primera vez, están en límites normales. Veremos en cinco meses...

El año termina; es sólo una ilusión de tiempo.
La vida continúa.

Seamos optimistas.
No preguntéis.

Incluso, tal vez, no luchéis.


Estrella de Navidad del blog "Guía de Manualidades"


Me pareció divertido titular estas entradas así, "Diario de una hipo-pótama", creyendo
que hipopótamo venía del griego hypo (debajo) y potamos (río).
Algo así como debajo del agua, que es como nos sentimos las mujeres
muchas veces (en temas de salud, p.ej.)
Pero no: viene de hippos (caballo).
O sea, que me siento como un caballo de río.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Ella dice, nosotras decimos: "La máquina de abrazar". Asun Blanco Cobelo.




Me dan miedo los humanos… pero necesito sentir.

Sentir un abrazo. Sentir que algo me envuelve, me resguarda, me protege. Como cuando era niña y rodaba sin freno por aquella suave pendiente de hierba. Girar y girar con la caricia de la tierra sobre mi cuerpo.

Me dan miedo los humanos, pero necesito sentir.

Os sonará raro. Pero nací así. Extraña. Diferente. Y sé lo que siento aunque ni yo misma sea capaz de comprenderlo. No estoy loca, no soy tonta. Sólo quizá, desafortunada por no ser como los demás. Como los demás. Y pagar por ello el alto precio de pertenecer a una minoría.

Ya no me importa. Viajo sola.

Terminé la carrera de físicas para ser capaz de entender porque mis pies se sujetan solos al suelo. Para entender por qué no puedo volar. Eso me intrigaba. Ahora sé, que quizá, no tenga importancia saberlo.

Me construí una máquina. Para eso sí me sirvieron los estudios. Una máquina de abrazar. Me hace sentir bien. Me arropa y el miedo desaparece. Tampoco tengo explicación para ello.

Y vosotros, decidme, vosotros que vivís cómodos dentro de lo que sois porque sois como la mayoría ¿entendéis todo lo que sentís?, ¿sabéis explicaros vuestras sonrisas, vuestros miedos, vuestras dudas, vuestras lágrimas…?, ¿cuál es el cuento que os contaron para no sentiros raros?

Me dan miedo los humanos. Sus palabras llenas de razones me confunden pero es el ruido de sus voces lo que me asusta. Me construí una máquina.

Mi madre lee en el periódico que una chica transexual ha sido asesinada. Porque sí. Porque también era de una minoría, como yo, y sentía sin sabérselo explicar, y a los que se lo saben explicar todo les pareció mal.

Le hubiera regalado mi máquina de abrazar. Pero es tarde.



Temple Grandin, mujer, universitaria, autista. Se construyó una máquina de dar abrazos. El resto ha sido invención mía.

Es muy difícil vivir perteneciendo a una minoría. A cualquier minoría. Porque la mayoría otorga una sensación de falso poder: Somos muchos y por lo tanto tenemos razón. Somos muchos y por lo tanto tenemos fuerza. Los que no son como nosotros quedan fuera.

Como nosotros, pero… ¿quién dicta ese como nosotros?, ¿quién puede elegir dónde le adscriben?, ¿quién puede escoger cómo siente?


A veces, a mí también me dan miedo los humanos.



© Asun Blanco Cobelo
Twitter: @abcobelo

domingo, 27 de noviembre de 2016

Rosa, rosae. Carole Feuerman: "Pintando con fuego".

Carole Feuerman: "Madonnna" (parte posterior), 2002.





Recomiendo vivamente este video de la artista:"Painting with Fire". 
Salvo los familiarizados con Bellas Artes, nunca adivinaríamos semejante trabajo con elementos como el fuego, el aire, el metal... 



http://www.carolefeuerman.com/



sábado, 19 de noviembre de 2016

Simón Weil, la fuerte vulnerabilidad. Francisca García Algarra.


“Esa vulnerabilidad de las cosas valiosas es hermosa porque la vulnerabilidad es una marca de existencia”. Simón Weil.

Albert Camus dijo de ella:
“Desde Marx (…) el pensamiento político y social no había producido en Occidente nada más penetrante ni profético”.
La figura de Simone Weil emerge de su filosofía tanto como desde su activismo social, sindical y político, pero, sobre todo, de su concepción plenamente coherente entre su vida y su pensamiento.
Se alistó en las Brigadas Internacionales durante la guerra civil española, fue voluntaria y combatiente anarquista en el frente de Aragón bajo las órdenes de Durruti.
Más idealista que pragmática, se sintió profundamente decepcionada al comprobar que también en su bando se cometían barbaridades.
Su carácter era firme y a la vez contradictorio, siempre en busca de la Verdad como pensadora y comprometida con la acción en su vertiente revolucionaria.
Le obsesionaba la desigualdad social, el sufrimiento de los demás antes que el suyo propio.

Trascendió íntimamente su condición de mujer desde su complejo universo filosófico, ontológico y político, preocupada por la libertad y la dominación de clase, así como sensible con el dolor y la belleza.
Su teodicea y misticismo la condujeron a vivencias “sobrenaturales”.


Pensaba de y desde la acción, su actitud no fue meramente contemplativa.
Su vida breve transcurrió en sociedades patriarcales, las mismas que existen hasta ahora mismo, y en esos ámbitos las mujeres filósofas eran ninguneadas y descalificadas.
Aún hoy parece que la brillante capacidad intelectual y el mundo del pensamiento es cosa de hombres; sin embargo, sensibilidad y pensamiento han de ir unidos para alcanzar lo sublime.
Weil dejó una obra abundante que Camus publicó en su mayor parte, quizá de otra manera no hubiese llegado hasta nosotros, pues en su tiempo no despertaba gran interés.


La filosofía weiliana va más allá del heroísmo y el sacrificio, mucho más allá de su fuerte apariencia de fragilidad.
Caminó profusos mapas espirituales y mentales, dejando la huella de la genialidad de un ser tocado por lo profundo fértil.

Murió a los 34 años, en plena consonancia con sus ideas hasta el final.
Enferma de tuberculosis, no quiso ser tratada con medicamentos que no estuvieran al alcance de los más desfavorecidos.

Murió o se dejó morir, tras una intensa y corta vida donde la ubicuidad de su idealismo la acompañó hasta su último instante vulnerable.


Enlace al artículo de Francisca García Algarra publicado en "Diario 16" con fecha 16/11/2016:
"Simon Weil, la fuerte vulnerabilidad"
© Francisca García Algarra

viernes, 11 de noviembre de 2016

Clara Peeters, primera pintora que expone en El Prado

El nombre de Clara Peeters aparece en el mango del cuchillo (c. 1611)


Poco se sabe con certeza sobre la vida y muerte de Clara Peeters, nombre y apellidos muy comunes en Amberes, donde parece que desarrolló principalmente su obra. Seguramente, como querría cualquier artista, su mejor tarjeta de presentación y fe de vida son sus cuadros.

Pintora flamenca, delicada y realista, especializada en bodegones, en los Archivos de la ciudad de Amberes se conserva un registro de una Clara Peeters, hija de Jean o Jan Peeters, bautizada el 15 de mayo de 1594 en la Iglesia de St. Walburga, Amberes; en la misma iglesia contrajeron matrimonio una Clara Peeters y Henricus Joosen, el 31 de mayo de 1639.

Igualmente "firmado" en el cuchillo (c. 1615)


Treinta y una de sus pinturas están firmadas “Clara Peeters” o “Clara P.”; las fechas que aparecen en ellas permiten seguir su trabajo desde 1607 (fecha de su primera pintura conocida) a 1621; se sabe, además, que vivió y trabajó en Amsterdam y en La Haya.


Micro-retratos de Clara Peeters en la copa de la derecha (c. 1612)

En ellas, ha cuidado el detalle y el acabado; flores, vajillas y alimentos reposan al gusto de la época sobre mesas que buscan la exquisitez; de hecho, el tamaño de los lienzos y la reproducción de objetos valiosos como joyas y monedas, sugieren una clientela adinerada, que gozaba de una situación acomodada. Muchas de sus pinturas han aparecida en colecciones reales como la española. Clara fue, pues, una pintora de éxito.

Es frecuente encontrar diminutos autorretratos de Clara en los reflejos de objetos de metal que pintaba, e incluso se cree que popularizó esta técnica; después de 1620, su estilo cambia a favor de composiciones más sencillas y el empleo de escalas monocromáticas.

Bodegón en escurridor de cerámica (fecha desconocida)

En abril de 2009, se vendió uno de sus bodegones en Londres por unos 150.000 dólares.
En junio de 2012,  el Mauritshuis Museum, de La Haya, adquirió otro por una cantidad no revelada. Procedía de una colección privada, que había desembolsado casi tres millones de dólares en el año 2000.

Clara Peeters es la primera pintora a la que el Museo Nacional de El Prado, de Madrid, dedica una exposición individual.



sábado, 29 de octubre de 2016

En recuerdo de Junko Tabei



Junko Tabei fue la primera mujer que escaló el Everest, en 1975.
También fue la primera mujer en completar las "Seven Summits" (o "Las Siete Cimas"), las montañas más altas de cada continente.

Esta es la entrada que nuestra querida Fiona L. le dedicó, justo el 8 de marzo de este año:

"Alcanzar el campamento base".


Junko falleció el 20 de octubre como consecuencia de un cáncer diagnosticado hace cuatro años.
Estaba casada con el también escalador Masanobu Tabei, y tenían dos hijos, Noriko y Shinya.


Escuché estos días en la radio que había subido al Monte Fuji por última vez, "con sus alumnos", en julio pasado.

Admirable y ejemplar mujer, ojalá fuese posible subir contigo como compañía todos los montes Fuji.




sábado, 10 de septiembre de 2016

Ella dice, nosotras decimos. Clarissa Pinkola Estés.



“A veces a la mujer salvaje la vida le falla desde el principio. 
Muchas mujeres son hijas de unos progenitores que en su infancia las estudiaban, preguntándose cómo era posible que aquella pequeña intrusa hubiera conseguido introducirse en la familia. Otros (…) se pasaban el rato con los ojos en blanco sin prestar la menor atención a su hija o bien la maltrataban o la miraban con frialdad.

Hay que dedicar menos tiempo a pensar en lo que ellos no dieron y más tiempo a buscar a las personas que nos corresponden (…) Es muy posible que desde un punto de vista genético, pertenezca a su familia, pero por temperamento se incorpore a otro grupo de personas.”

“Hans Christian Andersen escribió docenas de cuentos literarios acerca de los huérfanos. Era un gran defensor de los niños pedidos y abandonados y un firme partidario de la búsqueda de los que son como nosotros.
Su versión del “Patito feo” se publicó por primera vez en 1845. El antiguo tema del cuento es el de lo insólito y lo desvalido, una semihistoria perfecta de la Mujer Salvaje.”


Fotografía: Ryan Mcginley

“El tema de “El patito feo” es universal. Todos los cuentos del “exilio” contienen el mismo significado esencial, pero cada uno de ellos está adornado con distintos flecos y ringorrangos que reflejan el fondo cultual del cuento y la poesía de cada cuentista en particular.”
 “Muchos cuentos de hadas y mitos se centran en el tema del proscritos (…) la figura principal se siente torturada por unos acontecimientos que la rebasan, con frecuencia a causa de un doloroso descuido.  En “La bella durmiente” [la maldición del hada que por olvido no es invitada al bautizo], da lugar a que la niña sea objeto de una maldición que exigía a todo el mundo de una u otra forma."

“Los significados esenciales que aquí nos interesan son los siguientes: El patito del cuento es un símbolo de la naturaleza salvaje que, cuando las circunstancias la obligan a pasar penurias nutritivas, se esfuerza instintivamente en seguir adelante ocurra lo que ocurra (…)
“En el cuento, las distintas criaturas de la aldea contemplan al patito “feo” y de una u otra forma lo consideran inaceptable. En realidad, no es feo, pero no se asemeja a los demás (…) al final, [la mamá pata] se siente emocionalmente dividida y deja de preocuparse por aquel extraño retoño.
(…) el patito feo se muere de pena al verse rechazado por los suyos (…) pues él no ha hecho nada para merecer este trato como no sea el hecho de ser distinto y comportarse de una manera distinta (…)”

Fuente imagen: A blog about wolves


“Las niñas que poseen una acusada naturaleza instintiva suelen experimentar un considerable sufrimiento en las etapas iniciales de su vida. Desde su más tierna infancia se sienten cautivas y domesticadas y les dicen que son tercas y se portan mal. Su naturaleza salvaje se revela muy pronto. Son niñas muy curiosas y astutas y ponen de manifiesto unas excentricidades que, debidamente desarrolladas, constituyen la base de su creatividad durante todo el resto de sus vidas.”
“(…) la incomprensión, la crueldad de la ignorancia o la maldad deliberada [provocan] una temprana herida. Cuando ello ocurre, una niña empieza a creer que las imágenes negativas que su familia y su cultura le ofrecen de ella no sólo son totalmente ciertas sino que, además, están totalmente libres de prejuicios, opiniones y preferencias personales. La niña empieza a creer que es débil, fea e inaceptable (…)”

"Otro importante aspecto del relato es el de que, cuando [un individuo] se ve rodeado por el reconocimiento y la aceptación psíquicas, la persona percibe la vida y el poder con más fuerza que nunca. El hecho de descubrir a la propia familia psíquica confiere a la persona vitalidad y sensación de pertenencia.”



Por primera vez, los de su clase se acercaron a él y lo acariciaron suave y amorosamente con las puntas de sus alas. Le atusaron las plumas con sus picos y nadaron repetidamente a su alrededor en señal de saludo.
(Versión de la autora, basada en la narrada en lengua magiar por mujeres de su familia.)


Clarissa Pinkola Estés: "Mujeres que corren con lobos".
Capítulo 6. El hallazgo de la manada: La dicha de la pertenencia.

sábado, 30 de julio de 2016

Mándanos tu foto (6)



Me gusta la filosofía de la prueba:
“El objetivo de un Iroman no es llegar el primero. Es alcanzar la meta. La clave para conseguirlo reside en contar con una motivación extraordinaria que te empuje cuando no puedes más. Como en la vida.”
Como en la vida.

No hace falta nadar 3 km., ni recorrer los 180 en una bici, ni los 42 de carrera, todo en un circuito de 17 horas.

La vida puede tener sus trechos duros. Las chicas de 50 ya sabemos que, empapadas de sudor y cansancio, miramos al vacío o al puente medio destrozado un momento, respiramos y con convencimiento seguimos adelante. Simplemente, porque así lo hemos decidido.
Lo hemos decidido nosotras solas, por nosotras mismas. Exclusivamente.
Lo he decidido “yo”.

Texto y fotos: Silvia Domínguez Vidal. Artículo publicado en el XL Semanal de ABC, 10 al 16 de julio de 2016.

P.D.: La foto de hoy me la ha enviado una amiga. Pero no os "cortéis", ¡las vacaciones y el verano dan para mucho!
Si queréis publicar en el blog una foto sobre nosotras, mujeres, que os parezca que nos representa o enorgullece, que os gustó y ahí estábais, con vuestra cámara, enviadnosla. Comenta si quieres por qué captó tu atención o por qué la hiciste, fecha, lugar... ¡Gracias!
lunavioletayplata@gmail.com

domingo, 26 de junio de 2016

Bótox y comunicación no verbal. Alicia Martos.



"Las inyecciones de toxina botulínica (bótox) en los músculos faciales suavizan las líneas de expresión y hacen que el aspecto de la piel parezca la consecuencia de una parálisis. 
Es evidente que este efecto produce una gran dificultad para expresar las emociones en el rostro inyectado. 
Los analistas, de hecho, nos fijamos en las arrugas de la cara para asociar acciones musculares desencadenantes, y así, las emociones. En estos casos nos es casi imposible dictaminar lo que siente la persona con certeza (...)"

"(...) una reciente investigación por parte de los científicos de SISSA pone de manifiesto (...) [que] también socava la capacidad de entender las expresiones faciales de otras personas. Esta  secuela se produce por un bloqueo temporal de la retroalimentación propioceptiva, un proceso que nos ayuda a comprender las emociones de los demás mediante su reproducción en nuestro propio cuerpo. “La parálisis, afortunadamente temporal, de los músculos faciales que provoca esta toxina afecta a nuestra capacidad para captar el significado de las expresiones faciales de otras personas, nos perdemos información emocional“, explica Jenny Baumeister, una de las investigadoras de SISSA.

Y es que, por ejemplo, cuando observamos una sonrisa nuestra cara también tiende a sonreír (a menudo de una manera imperceptible y automática) para tratar de dar sentido a esa expresión que estamos captando. Sin embargo, si nuestros músculos faciales están paralizados por el bótox, entonces el proceso de comprensión de la expresión de la emoción de otra persona puede llegar a ser más difícil.
"(...) cuando la sonrisa es amplia y abierta, los sujetos eran todavía capaces de reconocerla, incluso con el tratamiento”, explica Francesco Foroni, el coordinador del experimento. “Para los estímulos muy intensos, aunque hubo una tendencia a tener peores resultados, la diferencia no fue significativa. Pero para las emociones ‘dudosas’,con estímulos más difíciles de identificar, el efecto de la parálisis era muy fuerte.”
El hallazgo confirma la hipótesis de que, en cierta medida, los procesos emocionales experimentados ‘en nuestra propia piel’ nos ayudan a entender los sentimientos de los demás. También sugiere que la influencia negativa del bótox puede manifestarse precisamente en aquellas situaciones en las que esta ayuda podría resultar más útil. Por ejemplo, pensad en una conversación normal entre dos personas, donde la comprensión mutua es vital para asegurar la interacción social adecuada: el fracaso de captar los matices emocionales o cambios repentinos en el estado de ánimo de la otra persona puede provocar la diferencia entre el éxito de la comunicación y la interrupción directa de la relación entre ambas."

Artículo completo:

Alicia Martos (@aliciamartosCNV) es psicóloga y directora del Master en Comportamiento No Verbal de la Fundación Behavior & Law y analista de Comunicación no verbal.

Imagen máscara: Aliexpress.com

domingo, 12 de junio de 2016

"Las edades de Josephine" (Baker). Una vida: 1906-1975.




A los nueve años, trabaja limpiando casas en Saint Louis, a orillas del Mississippi.
A los diez, empieza a bailar, por monedas, en las calles.
A los trece, se casa.
A los quince, otra vez. Del primer marido, no le queda ni siquiera un mal recuerdo. Del segundo, guarda el apellido, porque le gusta cómo suena (...)
A los veintiuno, su rara mezcla de payasa y mujer fatal la convierte en la vedette más admirada y mejor pagada de toda Europa (...) Picasso, arrodillado, la pinta (....) las pálidas damiselas de París se frotan con crema de nuez, que oscurece la piel.


Josephine Baker. Dayton Art Institute.

A los treinta, tiene problemas en algunos hoteles, porque viaja acompañada por un chimpancé, una serpiente, una cabra, dos loros, varios peces, tres gatos, siete perros, una leoparda llamada Chiquita, que luce collar de diamantes, y un cerdito, Albert, que ella baña con el perfume Je reviens, de Worth.


A los cuarenta, recibe la Legión de Honor por sus servicios a la resistencia francesa durante la ocupación nazi.

A los cuarenta y uno, cuando ya va por el cuarto marido, adopta doce niños de diversos colores y diversos lugares, que ella llama mi tribu del arcoiris.


A los cuarenta y cinco, regresa a los Estados Unidos. Exige que a sus espectáculos asistan, todos mezclados, blancos y negros. Si no, no actúa.
a los cincuenta y siete, comparte el estrado con Martin Luther King y habla contra la discriminación racial ante la inmensa Marcha sobre Washington.

Con uniforme de las Free France Forces, y la Legión de Honor francesa, 
en la "Marcha sobre Washington"

A los sesenta y ocho, se recupera de una estrepitosa bancarrota y celebra, en el teatro Bobino de París, su medio siglo de actuación en este mundo.
Y se va."

"Mujeres". Eduardo Galeano. 

miércoles, 1 de junio de 2016

Rosa rosae. Inma Soriano: "Cantos de sirena".





Video publicado por +NAT BENHUMEA 







Entrevista a Inma Soriano en 2015:
http://www.lne.es/vida-y-estilo/gente/2015/10/10/chicas-hoy-comer-mundo/1824982.html

Página web:
http://inmaserrano.com/

miércoles, 25 de mayo de 2016

Rosa, rosae. Las representaciones prehistóricas de la mujer.

Estatuilla de Brassempoy 
Saint-Germain-en-Laye, París
(sólo se expone en ocasiones especiales)

A partir del siglo XIX, diseminadas por toda Europa, desde el sur de Francia a Siberia, aparecieron numerosas estatuillas de mujeres paleolíticas talladas en piedra, hueso, madera o arcilla, constituyendo el principal testimonio de la representación humana de este periodo:
 “Se han encontrado en torno a doscientas estatuillas de mujeres, mientras que las de varones del mismo periodo son sumamente escasas.”

Este hecho cuestiona las interpretaciones más tradicionales sobre “la relevancia del papel de la mujer en aquellas sociedades”:
“La arqueología nos sugiere que hace unos 35.000 años, a lo largo de casi toda Europa y durante un periodo de tiempo próximo a 20.000 años, las mujeres podrían haber ostentado un papel importante en las sociedades de su tiempo; esto explicaría por qué las estatuillas son tan numerosas y por qué se enfatizan tan claramente las diferencias en vez de las similitudes entre los cuerpos femeninos y masculinos: reflejan la clara voluntad de representar mujeres.”

Su aspecto no es homogéneo: “Las hay obesas y también esbeltas (…) claramente están embarazadas y otras no (…) jóvenes adolescentes como a mujeres maduras (…) están de pie, sentadas, acostadas o agachadas (…) poseen un rostro detallado mientras que otras carecen de él.”


Estatuilla de Willendorf
Museo de Historia Natural, Viena

Las primeras teorías, entre 1890 y mediados del siglo XX, tendieron a “enfatizar roles de género (…) interpretarlas como expresión de la fertilidad femenina o como objetos eróticos", o como representaciones “de una deidad: la Diosa Madre o la Diosa Tierra.” 

En 1994, Elizabeth W. Barber dio a conocer el resultado de sus investigaciones: Muchas de estas estatuillas portan algún tipo de ornamento trenzado a partir de fibras vegetales, bastante antes del Neolítico, como el gorro tejido (en lugar de peinado) que apreciaron en la de Willendorf (James Adovasio y Olga Soffer), o los adornos corporales de la estatuilla de Lespugue. 

Estos y otros hallazgos han consolidado la idea de que “la gente del Paleolítico tenía capacidad para tejer ropas, redes o cestos con fibras vegetales” unos 15.000 antes "de la fecha formalmente admitida por los expertos.”
  
Estatuilla de Lespugue
 Museo del Hombre, París


Artículos de Carolina Martínez Pulido en "Mujeres con ciencia":
http://mujeresconciencia.com/2015/09/21/una-nueva-lectura-de-las-estatuillas-paleoliticas/
http://mujeresconciencia.com/2015/08/12/en-tiempos-paleoliticos-bellos-hallazgos-en-forma-de-estatuillas/