domingo, 26 de febrero de 2017

Ella dice, nosotras decimos: "Achillia y Amazon. Comprar la libertad." Esther González.


Es este un día en el que el amanecer ha traído un relieve de Halicarnaso (actual Bodrum, Turquía) a mi memoria, después de unos días apretados de noticias indignas, y del asesinato en cascada de más mujeres.

Achillia y Amazon.

Un relieve en mármol de poco más de 65 centímetros de alto por unos 77 de ancho, que representa a dos mujeres, gladiadoras, de perfil, armadas con espadas.

La especialista Kathleen Coleman añade más detalles: “Visten un subligaculum [taparrabos], grevas y un protector” en un brazo. Portan un escudo “oblongo curvo”. Sus pechos y cabezas están descubiertos.

Los gladiadores solían ser esclavos o libertos, raramente hombres libres. Las mujeres, igual; también había extranjeras, o procedentes de las capas sociales más bajas, que podían recurrir a venderse para pagar una deuda.


Hay un par de interpretaciones acerca de lo que representa este relieve; yo me quedo con la que aboga porque  conmemora  la liberación de las dos mujeres; es decir, que pudieron obtener el dinero suficiente para pagar el precio de su libertad.

Amazon y Achillia, los nombres grabados en este mármol del s. II d.C.,  son sus “nombres de batalla”, de guerreras. “Aquiles” (muchos gladiadores usaban este nombre), héroe griego, es conocido que se enfrentó con la cabeza de las “amazonas”, Pentesilea.  Parece probable que ambas mujeres peleasen entre sí con frecuencia, reconstruyendo escenas mitológicas.

Dicen que la inscripción Apeluthesan (“fueron liberadas”) indica que ganaron su libertad tras actuaciones sobresalientes.

No son frecuentes las representaciones o menciones de gladiadoras, aunque sí suficientes las fuentes literarias, arqueológicas y textos legales que confirman su existencia.

Suetonio las menciona, al igual que Dion Casio.

Mujeres y pigmeos luchando, en poemas dedicados a emperadores.

Como venatores, dando muerte a grullas y elefantes en las celebraciones del año 80 d.C. en el Coliseo.

Con Nerón: hombres, mujeres y niños etíopes en una exhibición de gladiadores en el anfiteatro de Puteoli (actual Puozzoli, Italia).

Mujeres luchando de noche, a la luz de las antorchas, en tiempos de  Domiciano.

Y Marcial: mujer “venciendo” a un león.

Los espectáculos de gladiadores provenían de la cultura etrusca, e inicialmente formaron parte de los funerales romanos.
Finalmente se convirtieron en violentos espectáculos públicos, seguidos masivamente por todas las clases sociales.

Había distintos tipos de gladiadores, según el arma que usaran o su habilidad. Unos intervenían al mediodía. Otros, a la noche. Las mujeres también luchaban mientras conducían un carro o como venatores, especializadas en matar animales salvajes.
Todavía se registraron combates de gladiadores en el siglo V de nuestra Era.

En 1996, se hallaron en Londres, en la Great Dover Street (Southwark), los restos de una mujer incinerada, que habría muerto con unos 20 años. Se ha especulado, por los objetos hallados y su enterramiento, elaborado e incluso suntuoso, que podría tratarse de una  gladiadora de cierta fama.

Pude ver el relieve de Achillia y Amazon en el Museo Británico. La verdad es que me impresionó mucho.

Tiempos en que una mujer dependía siempre de un varón (padre, tutor o marido), en los que florecían la filosofía, la  conquista y la guerra; y la propiedad de hombres y mujeres como muebles. La sima de la esclavitud legal.

No sabemos quiénes eran, ni qué fue de ellas.

Sólo que fueron esclavas, que lucharon en espectáculos multitudinarios; que sobrevivieron, y que lograron pagar el precio en que se estimaba su libertad, encargando un relieve para celebrar su condición de libertas.

Espero volver a verlas. Para recordar cosas.

Por este momento, ahora.












Esther González es autora del blog Motz y los unicornios

Recientemente ha publicado en Amazon "Mar de Bering. Mujeres, naturaleza y diosas"

domingo, 5 de febrero de 2017

Rosa, rosae. Artemisia Gentileschi.



La mujer que dibuja Helena Celdrán en su artículo en +20minutos.es  me llamó la atención por su coraje, inteligencia y obstinación.

Amiga de Galileo Galilei, alentada por Crisofano Allori, Artemisia encontró en su padre, el también pintor Orazio Gentileschi, a su mejor y leal valedor, y admirador incondicional.

Fue la primera mujer en entrar por la puerta de la Academia de las Artes y el Diseño de Florencia como estudiante.

El Museo di Roma expone "la más completa exposición" de su pintura, que puede visitarse hasta el 7 de mayo.

"Susana y los viejos" (1610), el cuadro que encabeza esta entrada, dicen que lo pintó con 17 años.


Artículo Helena Celdrán: